Page 86 - Revista Abierta de Informática Aplicada
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UAI - Universidad Abierta Interamericana
Internet no ha reducido la cantidad de lenguaje escrito como ad-
vierten los agoreros. Muy al contrario, cada vez hay más gente que
escribe en público y trata de hacerlo mejor porque sabe que su presti-
gio está asociado a la calidad de su escritura.
En Internet se diluye el concepto de “ayer”, “hoy” o “mañana” por-
que el lector puede estar en otro huso horario. En Internet hay una
competencia feroz por atraer la atención del lector. Como mínimo
debes prestar más atención al titular. Antes en el periódico daba un
poco igual porque el lector ya había comprado el periódico. En inter-
net cada texto es una batalla para ganarse al lector por tanto el titular
crece en importancia.
La era digital ha revolucionado la manera en que hasta hoy funcio-
naban los medios de comunicación. Los periodistas ya no están en el
pedestal al que estaban acostumbrados, por el contrario, deben adap-
tarse a toda prisa a los cambios que se ven en las formas de producir
información y de relacionarse con la audiencia. La convergencia, el
rol de los usuarios, los nuevos perfiles profesionales y las estructuras
internas que conforman una empresa periodística, son algunos de los
cambios que vale la pena analizar a la hora de entender y sacarle pro-
vecho a los agitados momentos que vive el periodismo.
Quizás la comprensión de la naturaleza de los nuevos medios y un
análisis de los cambios que en los últimos años se han dado en prensa,
televisión, radio e internet, logren mejorar nuestras expectativas sobre
el futuro del periodismo. Pero siempre hemos de asumir que los tiem-
pos que hemos vivido nunca volverán, aunque parece que los que nos
van a tocar vivir son, al menos más apasionantes.
Estos son algunos hilos que nos podrían ayudar a encontrar la sali-
da del laberinto en el que muchos periodistas nos sentimos atrapados:
1. La evolución de los medios no es sólo lineal, hasta ahora los
medios evolucionaban de forma progresiva, cada vez mejores en su
forma y contenido. Se imprimían y se escribían cada vez mejor. En las
décadas de los ‘80 y ‘90 avanzaron en sus diseños y ahora se publican
en color, pero, al fin y al cabo, todas estas metamorfosis sólo consti-
tuyen un avance lineal sobre lo que solían ser. En cambio, lo digital
ha supuesto una ruptura, una divergencia, no una evolución recta.
Seguimos llamando diario a lo que se publica ahora de forma conti-
nua, no cada 24 horas. Peor todavía si nos referimos a esos nuevos
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