La propuesta de trabajo en psicoterapia es la de un enfoque Psico-Dinámico verdaderamente centrado en la singularidad de cada consultante. Dicho enfoque es una evolución superadora de la rigidez empobrecedora de la práctica psicoanalítica, pero reivindica y se enriquece con el gran bagaje conceptual del espectro diverso de las escuelas psicoanalíticas. A su vez se nutre de los aportes fundamentales de otras corrientes de psicoterapia, de las neurociencias, de la psiquiatría y de teorías del desarrollo.

El enfoque psicodinámico es una psicoterapia que trabaja con el concepto de personalidad, contemplando todas las áreas de funcionamiento psicológico del sujeto y reconociendo las motivaciones inconscientes de nuestros síntomas, dificultades psicológicas y rasgos de personalidad. Se basa en valores humanistas que considera al otro como un semejante que merece un trato considerado y respetuoso, trabajando la empatía para poder entender sesión tras sesión las perspectivas que guían la forma de proceder del paciente.

Construir una sólida Alianza Terapéutica es el pilar fundamental para lograr un cambio psíquico. Es un trabajo de exploración, análisis y resolución reflexiva y emocional de cada síntoma y problema. Pero también es un trabajo artesanal de construcción de la capacidad de pensamiento y de aprendizaje para identificar las emociones y verbalizarlas, cuando dichas capacidades se detuvieron en su desarrollo. Sin TRABAJO no hay cambio psíquico profundo.

A diferencia del psicoanálisis clásico en el cual el analista se ubica en una posición de superioridad respecto del paciente, siendo el que revela “la verdad” reprimida a través de La Interpretación, la terapia psicodinámica es una experiencia interpersonal colaborativa que busca comprender el significado personal de las experiencias subjetivas, los traumas, las relaciones primarias y significativas y los senderos del desarrollo de cada paciente, entendiendo que cada historia es única e incomparable.

El método de base es la Conversación Terapéutica que consiste en un desempeño activo del terapeuta, ya sea escuchando atentamente lo que dice el paciente, ya sea haciendo todas las preguntas necesarias para entender la riqueza y complejidad de su personalidad.

La relación terapéutica es el escenario en el cual se despliegan los patrones de relacionamiento sanos y disfuncionales que caracterizan la vida psíquica del paciente, prestando atención al surgimiento de los fenómenos transferenciales y contratransferenciales que iluminan los vínculos primarios que nos han constituido como sujeto psíquico. Se presta especial atención a los patrones vinculares nocivos en el aquí y ahora de la vida del paciente. Se explora el pasado para entender el presente y que aporte al cambio psíquico; no se revisita el pasado circularmente como un ejercicio de historiografía personal sólo por curiosidad intelectual del terapeuta. El mismo resulta improductivo para el paciente y a veces iatrogénico.