La Universidad Abierta Interamericana (UAI) fue creada en 1995, año en que se sancionó la Ley de Educación Superior vigente (Ley 24.521). Esta normativa estableció la incorporación del sistema externo de aseguramiento de la calidad y la creación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), organismo responsable de gestionar los procesos y mecanismos previstos por la Ley. En este contexto, la UAI se constituyó como una institución que, desde sus inicios, se ha desarrollado en sincronía con los procesos de evaluación y acreditación de la educación universitaria regulados por el Estado.
Desde su fundación, se han diseñado e implementado diversos procesos de autoevaluación institucional y de sus programas académicos, tanto para responder a las exigencias de los marcos nacionales de calidad como para promover la mejora continua de la universidad. La autoevaluación, en este sentido, es inherente al proyecto institucional, funcionando como un proceso continuo de revisión crítica de las estructuras, políticas, estrategias, acciones y resultados alcanzados en las diferentes áreas de desarrollo.
El Estatuto de la UAI, en su artículo 9°, establece objetivos específicos para el Área Académica, entre los que se destacan los siguientes incisos relacionados con el aseguramiento de la calidad:
Inciso c): Contribuir al desarrollo y transformación del sistema educativo mediante la investigación, el perfeccionamiento docente, la evaluación sistemática de la calidad educativa y la orientación de las actividades académicas hacia la solución de problemas integrales del ser humano y de la sociedad.
Inciso e): Promover la implementación de mecanismos participativos para el aseguramiento interno de la calidad educativa institucional, perfeccionar los criterios y métodos de trabajo, y fomentar la innovación.
Asimismo, la misión institucional de la UAI enuncia su compromiso con la calidad:
“Desarrollar una propuesta educativa inclusiva, de calidad y pertinente con las demandas del desarrollo sostenible, la democratización del conocimiento y los valores humanísticos, a través de un modelo educativo que promueva la formación de profesionales competentes para transformar realidades con responsabilidad social.”